29 de enero de 2013

La Tawaqu pintó las calles con sus colores



La vida de Karla Díaz ha cambiado desde el viernes cuando fue elegida la Tawaqu del Jisk’a Anata, la fiesta del Carnaval de La Paz; ayer fue requerida por los medios, hizo varias sesiones de fotos y pintó de colores las calles del centro paceño.

Tawaqu, un vocablo aymara que significa joven soltera, es uno de los personajes de las fiestas del Carnaval vinculado con el tiempo de cosecha. Díaz, elegida entre 31 participantes, tiene la misión de divulgar la riqueza cultural del país y sus danzas para que prevalezca el sello boliviano de origen.

La Tawaqu, que baila en la fraternidad Wakas 8 de Diciembre, conversó ayer con La Razón en la plaza Camacho, cerca del centro financiero de La Paz, mientras un grupo de cocaleros protestaba por los controles que ejecuta el Gobierno. “Con 18 polleras estoy, lo normal es bailar con más, depende del peso que aguante una persona y el peso de las polleras también se debe al poder económico que tiene las señoras en el mundo indígena”, explicó Díaz, mientras recibía los aplausos de los eventuales transeúntes y los productores movilizados.

Karla Díaz no tuvo reparos en mover sus pesadas y coloridas polleras para la lente de este medio de comunicación, pese a que tuvo que caminar al menos diez cuadras desde el barrio paceño de San Pedro por efecto de los cortes de ruta que provocó la protesta. “Para mí es un orgullo, es como estar en un sueño representar a los paceños”, contó con una sinceridad claramente reflejada en su sonrisa.

La Tawaqu ha concluido sus estudios en la carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA); tiene 25 años. “La danza es parte de la comunicación, uno transmite sentimientos, su cultura”, remarcó durante la conversación que concluyó en una de las escalinatas de la plaza Camacho.

“La danza del Waka Waka es un resultado de la colonia ya que se ha hecho una satirización de los españoles porque eran toreros, hacían corridas de toros y de esas expresiones que ellos tenían”, comentó luego de precisar que la danza tiene distintos matices en el altiplano paceño. “En Achacachi, hay tres danzas Waka Tinkis, Waka Tintis y Waka Tokoris”, precisó.

Karla Díaz comentó que se ha propuesto trabajar en el rescate de Los choqueles, una danza que está desapareciendo en el altiplano en el marco de su tesis de pregrado. “El baile en el mundo indígena no es así nomás, en el campo no es bailar por bailar, se trata de todo un ritual”, apuntó.

Díaz fue reconocida hace dos años por la Asamblea Legislativa por su labor a favor de la gestión cultural; trabajó en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), pero cree que tiene por delante un trabajo aún más complejo en procura de rescatar la identidad cultural del país.

La belleza del Jisk’a Anata 2013

Estudios

En 2012 egresó de la carrera de Comunicación Social de la UMSA. Trabaja en la recuperación de una danza autóctona.

Gestora

Desde muy niña, a través de la danza y otras expresiones culturales, se ha dedicado a promover las artes.


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