18 de abril de 2011

EL “TORO TINKU”. UNA TRADICIóN DE LA FIESTA DE PASCUA

Hoy Domingo de Ramos el pueblo de San Pedro de Buena Vista, provincia de Charcas ubicada al norte del departamento de Potosí, comienza a vivir una inusual competencia que se repite año tras año y cada vez con mayor orgullo.

Es que a partir de esta jornada hasta el próximo domingo los habitantes de esta comunidad suelen quitarse el habla -entre los que viven arriba del río o los que se ubican abajo-, sin ningún tipo de excepción, aun cuando existan lazos de consanguinidad de por medio.

Un silencio que sólo llegará a su fin el Domingo de Pascua, cuando se sepa cuál de los toros es el ganador; a partir de ese momento los habitantes empiezan a molestar y hacer blanco de sus bromas a los perdedores, llegando a alargar la pena incluso hasta la próxima fiesta de Pascua.

El Toro Tinku no es una actividad exclusiva de esta zona como Sacaca, Bolívar, Acacio y otros; sino que cada uno de ellos la vive a su propia manera.

Pero, al parecer sólo en la comunidad de San Pedro se siente tanto orgullo por poseer al campeón.

La batalla del toro tinku

Durante la fiesta de Pascua en esta comunidad todo gira en torno a los toros de pelea. Éstos llegan hasta la playa del Río Grande junto a sus orgullosos propietarios para exponerse a los espectadores y rivales en espera de la batalla. En esta actividad no importa el tamaño ni el peso de los animales, éstos simplemente entran en combate durante un tiempo largo, pero todo depende de la habilidad y coraje de los contrincantes, porque algunos pueden dar la vuelta y huir dejando al ganador bufando y golpeando el suelo en menos de 30 segundos. Así sucesivamente hasta eliminar gradualmente a los rivales. Se dice que un toro puede llegar a pelear hasta tres contiendas; hasta llegar a figurar entre los cuatro mejores y luego la meta es ganar el título.

Los "uras" y los "patas"

Ya la propia naturaleza se encargó de dividir al pueblo de San Pedro de Buena Vista porque el Río Grande, que pasa por estas tierras, partió el pueblo en dos mitades y por ello sus pobladores se definieron como los “patas” los que viven en la parte superior del terreno y los “urus” aquellos que viven abajo.

Iver Echeverría Mendoza, habitante de San Pedro y propietario de toros, relata que antiguamente los ancestros sólo llevaban su ganado a la plaza con el objetivo de realizar una especie de feria agropecuaria, pero a partir de una disputa personal entre dos comunarios, Tupari y Daza, la pelea de toros comenzó adquirir su propia personalidad.

Se dice que estas personas enfrentaron a sus toros en una primera contienda y al mismo tiempo se retaron para volver a pelear el año próximo durante la fiesta de Pascua, siendo éste el origen de una tradición muy arraigada.

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