28 de febrero de 2011

Bailarines nuevos prometen devoción en el último convite

Los músicos dejan de tocar cuando llegan a la puerta del templo de la Virgen del Socavón. Félix Bellido, de 22 años, deja de saltar al ritmo de la fraternidad caporales “Centralistas” y se arrodilla. Es el primer año que baila en el Carnaval de Oruro y está serio porque tiene de hacerle la promesa a la patrona de la fiesta.

“¿Prometen bailar tres años a la Virgen?”, pregunta Bernardo Zanella, sacerdote del templo. “Sí, prometemos”, responden en coro los danzarines. Los músicos festejan esa decisión al son de una canción y los fieles van de rodillas al altar del Socavón.

Zanella señala que lo más importante del último convite es la promesa de los danzarines nuevos a la Virgen de Socavón. “La esencia de esta fiesta es la fe y devoción”, dice, por eso también les pide a los antiguos bailarines que reafirmen su promesa y no se excedan con el alcohol.

Bellido permanece más de cuatro minutos arrodillado frente al altar. “Estoy feliz porque le he prometido a la Virgen bailar tres años y voy a cumplir”, afirma. A su lado, Lina Colque, de 19 años, también acaba de hacer la promesa. Llegó desde Potosí y se siente afortunada de participar.

Alrededor del templo, diferentes ritmos musicales se mezclan y la fiesta para los danzarines que ya recorrieron los más tres kilómetros recién comienza. “Hay que festejar la promesa”, dice Édgar Martínez de la fraternidad “Llamerada Zona Norte”.

Al ritmo de la danza pesada, Marcos Tito, de la fraternidad “Los Cocanis”, sujeta su matraca y canta. “Mientras tenga vida y salud seguiré bailando la morenada”. Baila desde hace 13 años y asegura que bailará hasta que le llegue la muerte.

Nadia Espinoza salta y grita al compás de los “Tobas Sud”. Tiene 42 años y baila desde los 16. “La Virgen me da fuerza para seguir participando”, asegura. Recibe aplausos del público e impulsa a los más de 400 jóvenes de su fraternidad a no dejar de brincar.

Édgar Pinera, de 52 años, mueve coqueto los hombros y a su lado, Luis Harold, su nieto, imita cada uno de sus movimientos. “Bailo desde hace 30 años”, dice orgulloso y asegura que su fraternidad “Negritos Unidos por la saya” cada año recibe a más jóvenes interesados en bailar.

Roberto Sánchez cumplió su promesa hace 37 años, pero decidió continuar bailando morenada en los famosos “Cocanis”, porque asegura que es la voluntad de la Virgen del Socavón. “Hasta donde me alcancen las fuerzas”, dice y continúa marcando el paso al ritmo de la banda Poopó.

Desde 1986, Elías Siles baila en el “Conjunto folklórico y cultural phujllay de Oruro”, pero este año decidió ser figura y flamear entre los danzantes la bandera de Bolivia. “Ya estoy viejo y por eso tengo que hacer algo más ligero”.

Siles recibe los aplausos de la gente con una sonrisa y señala que lo más importante para él es cumplir su promesa. “Bailar en la entrada del Carnaval de Oruro hasta la muerte”.

Oruro está listo para el carnaval

Arturo Brack dirige y supervisa cada detalle de la fraternidad “Potolos, Chayantas y Jhilancos”. “Este año recibimos a 60 integrantes nuevos”, dice y explica que cada año los jóvenes muestran más interés en esa danza del norte de Potosí.

Brack baila desde niño, pero ahora le toca controlar que su conjunto cumpla con todas la normas de la Asociación de Conjuntos Folklóricos de Oruro (ACFO). Por eso grita: “Apuren y muévanse rápido”.



Jorge Sánchez, subcomandante de la Policía de Oruro, señala que se desplegaron más de 440 efectivos policiales para controlar el último convite.

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