22 de enero de 2011

Sin casacas no hay Carnaval

Así, contundente y reiterativa fue Betty Zimmermman, la propietaria de la Casa Evelyn, una de las tiendas donde varias de las comparsas más tradicionales de Santa Cruz mandan confeccionar su indumentaria para la ‘fiesta grande’. “Imposible pensar en el Carnaval cruceño sin los comparseros con sus casacas, es la vestimenta tradicional de nuestra celebración”, agregó esta señora que desde hace 25 años confecciona casacas.
Comentó que estas prendas han evolucionado, ahora tienen más diseños. Las mujeres pueden usarlas, cortitas y cómodas. Los varones tienen opción a combinar colores u optar por diseños exclusivos, que llevan dibujos realizados por pintores famosos.
Otra prenda carnavalera es la bata, que puede ser considerada ‘prima hermana de las casacas’. Son largas y anchas, según algunos comparseros, más cómodas y vistosas.
Y revisando la historia de la ‘fiesta grande’, las batas aparecieron en el Carnaval primero que las casacas.
Fue en la tercera década del siglo XX que empezaron a usarse, mientras que las casacas llegaron en los años 50, según la publicación Carnaval del oriente.
Los precios varían. Se pueden encontrar casacas sencillas desde Bs 35, hasta Bs 70. Mientras que las batas van de Bs 65 a Bs 200, dependiendo de la tela y el diseño.
El Carnaval ‘ya está encima’, y los costureros apuran sus máquinas de coser y tijeras, pues la demanda será abundante.

Se ha convertido en una industria carnavalera
Sólo en Casa Evelyn trabajan 28 operarios en tiempos de Carnaval. Y lo vienen haciendo desde octubre, en dos turnos, pues tienen muchos pedidos.
Betty Zimmermman empezó hace un cuarto de siglo en esta labor, con las casacas de los Patrones, luego siguieron los Mamarrachos y otras comparsas y agrupaciones.
“Los comparseros nos piden casacas con diseños exclusivos, y los complacemos, además son celosos y nos solicitan que nadie más tenga prendas parecidas, y tienen razón, y también les damos ese gusto”, comentó.
Los materiales que utilizan son la popelina brasileña y estadounidense, y la gabardina. Los dibujos se estampan con serigrafía y cuatricomía, además también existen los bordados.
Otros lugares donde se confeccionan las casacas son las áreas de costuras de los mercados Los Pozos, La Ramada, El Trompillo, Siete Calles y sobre todo sobre la calle Mercado, donde hay 20 talleres. Allí acuden los comparseros, a veces hasta el mismo día del corso, comentó Rosmery Pérez, propietaria de Confecciones Rossemay, a quienes igual se los atiende, manifestó, “porque todos quieren estar pintudos para el Carnaval”, añadió.

Prendas modernas: casaca corta para los hombres y amarrada en la cintura para las mujeres. Las prefieren los jóvenes

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