13 de diciembre de 2010

Oruro no aceptó el Museo del Diablo

El municipio orureño cedió algunos espacios del Museo Antropológico y Etnográfico Eduardo López Ríos para lo que vendría a ser, ya no el Museo del Carnaval de Oruro, sino el Museo del Diablo. “Existen solamente tres mascareros autorizados en Oruro para confeccionar las máscaras de diablo. Son hombres que pertenecen a una generación de mascareros y se estableció que debían ser ellos los encargados de la elaboración de las máscaras. El nombre del principal mascarero es Germán Flores. También existen tres bordadores, uno de ellos Luis Flores, que procede de la escuela de bordadores de Sillota. La confección de las botas, por otra parte, debía ser encargada a la fábrica Zamora”. Debido a que una máscara de diablo cuesta 1.000 bolivianos y las máscaras a ser elaboradas eran 30, se debía llevar a cabo una licitación. “Se resolvió dividir la factura de las máscaras en dos y contratar a dos mascareros, por un costo de 19.000 bolivianos”. A pesar de esto, una de las técnicas, contratada por el anterior oficial mayor de Culturas, encargó la confección de todas las piezas de la indumentaria a Luis Flores, el bordador, quien a su vez, subcontrató a otras personas para que realicen el trabajo que él no podía llevar a cabo. “Él no sabía que eran para un museo, y había que hacerlo rápido”, dice Jesús Elías. Fue así como gran parte del material a exhibirse en el Museo del Diablo es de mala calidad. Muchas de las máscaras no corresponden a las que se usan tradicionalmente. Tampoco las botas que se exhibieron son las que usan tradicionalmente los diablos de la diablada. Actualmente se esperan nuevo plazos para la entrega del museo. Elías también dijo que la prisa con que se hizo el trabajo se debió a que el dinero que Bolivia recibió para este trabajo a través de la Unesco proviene de la cooperación japonesa. “La cooperación japonesa exige la conclusión del Pasco con un informe final para proceder al desembolso del dinero para un proyecto de salvaguarda de la tradición kallawaya”, comentó Elías. La embajada japonesa informó a Página Siete que sí entregó fondos a Oruro pero no dijo cuánto.

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