17 de agosto de 2010

La fe en Urkupiña aún mueve montañas

Miles de feligreses impusieron ayer la tradición, la fe y la devoción en la Virgen de Urkupiña con una multitudinaria caminata, la posterior asistencia a la misa y, finalmente, en los rituales en la cima del cerro de Cota, donde las demandas de casas, vehículos, terrenos, dinero y otras menos materiales fueron la regla en el último día masivo de la celebración.   
La peregrinación comenzó antes de la medianoche del pasado domingo, encabezada por monseñor Tito Solari, arzobispo de Cochabamba. A pocos minutos del inicio de la caminata, las cuatro vías de la avenida Blanco Galindo que va de este a oeste estaban repletas de personas de toda edad: desde bebés que viajaban durmiendo en sus coches o en los brazos de sus padres, hasta ancianos que marcaban lentamente el paso.
Los peregrinos del interior y exterior del país también optaron por la caminata.
A las cinco de la mañana monseñor Tito Solari ofreció  la misa solemne en el templo de San Ildefonso, los pañuelos blancos y los cantos acompañaron la eucaristía. En el atrio del santuario varios creyentes ubicaron sus imágenes de la Virgen, mientras que otros aprovechaban la ocasión para sacar fotografías a la réplica de la imagen.
Luego de unas horas, se inició la romería hacia el calvario y, a las 10:45 otra misa de Solari era atentamente escuchada por la multitud de fieles en pleno santuario de la virgen, en pleno cerro de Cota.
Las gradas del santuario estaban cubiertas por cientos de arreglos florales para la Virgen. Posterior a la misa eucarística, los feligreses hacían grandes filas para la bendición y para devolver (en piedras) lo prestado de la Virgen el año pasado.
La tradición dice que la Virgen presta a los creyentes las piedras que representan dinero, además de vehículos, documentos y víveres pero sólo por un año. Por eso, la gente devolvió lo prestado. Como doña Neyda Flores, quien después de entregar  lo prestado, contó: “Me ha costado sacar mucho mi piedrita, sobre todo a mi marido. Vengo cada año para agradecerle por mi familia, mi marido y mis hijos, más que todo por la salud que nos da”.
En el calvario también estaba el peregrino Roger Noa, oriundo de Santa Cruz, quien llevaba en sus brazos una imagen de la virgen de por lo menos un metro de altura, dijo que era la primera vez que llegaba hasta el calvario, pero que cree mucho en los milagros, razón por la cual compró esa estatua mariana.
También llegaron hasta el santuario, como cada año, extranjeros. Uno de ellos es Mercedes Arce, de Argentina, dijo: “Yo tengo mucha fe en ella (en la virgen) por eso estoy acá, me pedí una casa y ya tengo mi casita, ahora vengo para pedir salud para mi familia”.
Del interior del país, desde Sucre, llegó Marisol Portales, mostrando un toro de yeso que compró, según ella para que le dé suerte en el negocio, dijo que era la primera vez que visitaba el santuario de Urkupiña, “vengo con mi familia, algunos de Sucre y otros de Buenos Aires, (…). Es increíble ver a tanta gente que se sacrifica por venir hasta aquí. He cambiado un torito y la imagen de la virgen, he venido sobre todo para pedirle salud y trabajo”, explicó Portales, quien estaba acompañada de su familia.

El sermón
En la misa del calvario, oficiada por Solari, monseñor pidió a los presentes “orar por esta iglesia y encomendar a la virgen a Bolivia, porque siempre vive momentos difíciles; además, pedir que todos seamos a capaces de construirla cambiando nuestras vidas, con compromiso responsable, auténtico y cristiano”.
También mencionó que representa  una preocupación y tristeza  la cantidad de personas que “están perdidas en la droga y la clefa”, pidió a los feligreses ayudar a esa gente para salir de esa situación. Lo que también sorprendió a muchos fue la presencia de la Policía Militar, que desde hace dos años no participaba de la festividad religiosa.
Seis guardias de la Policía Militar de Cotapachi resguardaron la carroza de la Virgen de Urkupiña, y otro grupo formó cordones de seguridad junto con los policías del verde olivo. Monseñor agradeció públicamente el apoyo del Ejército que no fue anunciado oficialmente, pero también saludó al Comando Departamental de la Policía por su participación.
Alcances de la “ley seca”
El comandante de la Policía de Cochabamba, Hernán Trujillo, informó que las medidas asumidas por el municipio e Quillacollo favorecieron a la reducción de accidentes fatales y actos delincuenciales en la fiesta de la Virgen de Urkupiña, sobre todo en los días que concurren más personas.

Dijo que éste es un primer paso, y que el próximo año se tendrán mayores resultados. Mientras tanto, informó que no se registraron accidentes de tránsito  vehicular en las carreteras y tampoco en la ciudad que fueran de gran magnitud.

Comparte esa opinión monseñor Tito Solari, arzobispo de Cochabamba, quien aseguró que existe un desafío respecto a la dependencia del alcohol, “pensamos que no podemos hacer fiesta sin alcohol, pero podemos hacer fiesta con alcohol pero sin exageraciones, no abusar de esta situación”.

En el caso de los delincuentes, el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de Quillacollo, Freddy Almaráz, informó que en los tres días de la fiesta, hasta las 14:00 de ayer, se tenían registrados 60 casos de diferentes especialidades de robo.

“Lo que llama la atención es que mujeres en estado de gestación también procedían a robar pero escudándose en el embarazo, de todas formas hemos procedido a detenerlas un tiempo limitado y ponerlas a disposición del Ministerio Público”.

A comparación del año pasado aseguró que los casos disminuyeron en gran manera porque  se registraron más de 80.

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