11 de noviembre de 2008

Las bandas de música callaron, pero el Carnaval de Oruro no


La Virgen del Socavón hizo un milagro para nunca olvidar. Las bandas de música callaron, pero el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad no y se hizo el Primer Convite con la participación de miles de danzarines que cantaron y silbaron su propia música, en medio de fuegos artificiales.

Al principio era difícil bailar, parecía que se acababa el Convite, la danza, pero las morenadas dieron el ejemplo de fe y devoción, para bailar al son de las matracas y los cánticos, más el ingenio de los vecinos que colocaron sus parlantes en las ventanas y terrazas, para que el Carnaval de Oruro no se apague y siga brillando, con el inusitado entusiasmo de los danzarines.

Las diabladas no se quedaron atrás. La Fraternidad Artística y Cultural La Diablada iniciaba su actuación con las oraciones para la Virgen. Después, empezaron a cantar el huayño característico de la institución y todos saltaron de alegría y recorrieron los 3 kilómetros de la ruta del Carnaval. En la Plaza 10 de Febrero y la Avenida Cívica, hubo profusión de petardos y otros fuegos artificiales para alegrar el ambiente.

La Diablada Urus fue otro ejemplo de amor por el Carnaval de Oruro. Un sistema de amplificación generó la música y se conjuncionaron con el sonido de las espuelas de los diablos, los gritos y el entusiasmo, hasta dar vueltas y vueltas, para avanzar y llegar ante la Virgen.

La calle Pagador y la calle Bolívar eran inolvidables. Los vecinos ayudaron a bailar, instalaron sus parlantes y les dieron música, para que sigan su danza. Era una espontánea comunicación, para que el Primer Convite no se calle ni termine en el principio.
Los Caporales San Simón olvidaron sus rencores. Los grupos de Oruro, Cochabamba y La Paz, ingresaron sin problemas. Eran los más entusiastas, los más ágiles, mientras las mujeres eran las más sensuales. El sonido de los cascabeles que hacen ritmo al pisar el pavimento era inconfundible. Nadie se olvidó de la coreografía que estaba ensayada. Aunque menos numeroso, también estaban los Caporales ENAF, los Caporales Centralistas y los Sambos. No se puede ignorar a los Caporales de los niños del Ignacio León. Oruro, cada primer domingo de noviembre, inicia el Carnaval, sin embargo este año fue la excepción a causa de que el Primer Convite se efectuó el segundo domingo, por respeto a la tradicional festividad de Todos los Santos.

Los Phujllay avanzaron con su danza y su música, en forma lenta, pero con firmeza. El conjunto hizo su demostración coreográfica sin problemas. Hubo aplausos y cariño especial del público, tal como se expresó con los Tinkis Tolkas, que no necesitaban de banda, porque los mismos danzarines, entre las cuales estaba la Miss Bolivia, Dominique Peltier, le daban fuerza y valor en sus canciones.

Los conjuntos autóctonos, como los Zampoñeros Hijos del Pagador, los Kori Majtas, los Wititis, no tenían problemas de banda. Ellos mismos tienen sus bombos, platillos e instrumentos de viento, para hacer la música que les gusta y les apasiona. Los Negritos del Pagador y Unidos de la Saya siguieron el mismo camino.
El sol radiante y una temperatura de 23 grados centígrados, a las 15:30 horas, sofocaba a todos, danzarines y espectadores, pero nadie se movía de sus lugares. Los unos bailando y los otros viendo el espectáculo y acompañando con las palmas, aplaudiendo y ofreciendo bebidas de toda clase. Era como para no rechazar ningún líquido, más aún cuando querían seguir cantando diabladas, morenadas, kullaguadas, tobas, tinkus, caporales y otras piezas musicales.

Los danzarines demostraron su destreza en la ejecución de los pasos y coreografía que sólo se pueden observar en el Carnaval de Oruro. Al llegar al Santuario de la Virgen del Socavón manifestaron todo su sentimiento de amor y fe, con la promesa de los nuevos danzarines, de bailar tres años consecutivos en el Carnaval.

Llegar al Santuario de la Virgen del Socavón, sin bandas de música, con el esfuerzo propio, era un milagro. Se postraron de rodillas y entre lágrimas rogaron a la Virgen de la Candelaria, como se la conoce también, que no se vuelva a repetir atentados contra el Carnaval de Oruro, la única expresión cultural que respeta la esencia de todas las regiones del país.

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